Marta García Pellicer es directora del Instituto Tecnológico de la Energía desde 2016. Doctora Ingeniera Industrial por la Universidad Politécnica de Valencia y MBA en Administración y Dirección de Empresas. Su trayectoria profesional ha estado siempre vinculada al campo de la investigación y en concreto al Instituto Tecnológico de la Energía, ITE, centro de referencia en el ámbito de la energía en nuestra comunidad Marta García es el mejor ejemplo de superación personal y profesional. Siempre se ha sentido atraída por la ingeniería y su perfil técnico definió su vocación y su destino. Una mujer con aptitudes empresariales. Una mujer inconformista pegada a la realidad que cuando se marca un objetivo se ocupa, se preocupa y lo consigue.
Marta… ¿por qué ingeniería?
Siempre me ha gustado el ámbito tecnológico, de hecho en mi familia mi hermana es ingeniera y mi hermano mayor farmacéutico… ¡podría haberme decantado también por lo sanitario! pero no… me atrae la tecnología y siempre me atrajo.
¿Y en qué momento te decantas por la especialidad de eléctrico dentro de la ingeniería de industriales?
Yo soy del plan antiguo, de la carrera de 6 años, y fue en el cuarto año donde te decantas porque en los tres primeros centrándote. Aunque en tercero, que ya tienes que empezar a pensar, me di cuenta de que quería optar por eléctrico.
¿Cuándo y cómo empiezas tu trayectoria profesional?
Todo empieza con el proyecto fin de carrera en junio de 1996. Durante la carrera me encantaba ir a las clases del profesor Cavallé (que eran las de electrotécnica), las de Vicente Fuster (que es ahora compañero en el ITE), la de Alfredo Quijano (profesor de la UPV y anterior director de ITE)… y recuerdo que cuando llegó el momento fui a hablar con Alfredo y me dio un montón de artículos en francés para que me documentara bien antes de decidir qué proyecto fin de carrera emprender. Me pasé todo el verano leyendo aquellos artículos, me encantaba… hice hasta resúmenes de todo, y eso que yo soy de inglés.
¿Cuándo haces el doctorado?
Ya estaba en el ITE. Te cuento. Yo empecé como becaria en el grupo de investigación de la Universidad, porque además tuve una beca universitaria y me quedé trabajando en redes eléctricas, concretamente en las infraestructuras eléctricas y energéticas. Fue entonces cuando decidí hacer mi doctorado sobre “sistemas y modelos de gestión de saturación de transformadores eléctricos en redes eléctricas”. Además, tuve la suerte de hacer la tesis doctoral con un tutor de empresa, del sector eléctrico. Guardo muy buen recuerdo de aquel periodo porque me permitió conocer el mundo científico, tecnológico, académico… pero desde la realidad empresarial.
¿Te definirías entonces como una mujer tecnológica pero con un enfoque pragmático y realista de la tecnología?
Puede ser… porque tuve la posibilidad de optar por el mundo universario pero me gusta más la conexión con la realidad de las empresas. Y lo que te permite trabajar en el Instituto, en el ITE, es justamente eso… te acerca a las necesidades, a los retos, a la realidad del mundo empresarial.
¿Te formaste en algún momento en temática empresarial? Porque tecnología y empresa se necesitan, pero son contextos muy diferentes.
Sí, sí.. cuando acabé el Doctorado estuve dos años haciendo un Master en Dirección de Empresas.
Finales de los 90, principios de los 2000… no habría muchas ingenieras industriales especializadas en rama eléctrica.. y menos con un doctorado y un master de dos años en dirección de empresas ¿ser mujer te ha condicionado?
No, no, en absoluto… es verdad que en la carrera y en mi especialidad no éramos muchas, pero en mi caso personal no he tenido ningún problema por ser mujer. O por lo menos no lo he notado. No he visto que me hayan exigido más, ni valorado menos…
¿Tuviste algún referente femenino?
Pues sí, pero desde el colegio, sobre todo en esos últimos años en los que te defines. Mis profesoras de química, matemáticas y física eran mujeres y aunque me exigían mucho siempre me apoyaban. Eran unas profesoras excelentes. Puede ser que me influyeran y me ayudaran a redirigirme, de hecho tengo muy buen recuerdo del colegio. En ese momento no te das cuenta, pero tal vez tenga algo que ver porque tuve profesores muy buenos, hombres y mujeres, pero en esas materias si sí… eran mujeres.
Eres una de las fundadoras del Clúster… ahora ¿Te gustaría ser tú el referente?
No me lo he planteado, pero ¿por qué no?. Y así es, estoy en el Clúster desde el principio… estoy desde el origen. Cuando se creó yo era la subdirectora y Alfredo Quijano el director, y desde el 2016 (que coincidió con el nacimiento de mi hija) estoy en la directiva.
¿Qué retos te planteas ahora?
Mi reto personal desde el punto de vista del ITE es conseguir que su reconocimiento crezca todavía más. Yo tengo claro que el Instituto es un referente y está muy bien posicionado, pero quiero que llegue a más empresas… en pocas palabras: como directora del ITE mi objetivo es acercarlo más al mundo empresarial de lo que ya está y ampliar su prestigio internacional. No soy conformista. Siempre hay que ambiciar a ser más y mejor.
¿De qué te sientes más orgullosa profesionalmente hablando?
De muchas cosas, pero la verdad es que cuando me encuentro a profesionales en el mundo de la empresa que han formado parte del ITE y te demuestran cariño y agradecimiento es cuando más orgullosa me siento. En ese momento me doy cuenta de que hacemos muchas cosas bien. Y a nivel energético lo que me satisface es que estamos posicionando al ITE muy bien.
Fuiste la primera mujer que llegó a la dirección del ITE y creo que estás más que autorizada para dar un consejo a las mujeres que sigan dudando sobre si elegir una carrera STEM. ¿Qué les dirías?
Pues sí, llegué a la dirección del ITE en el 2016, y lo que les diría a las mujeres es que apuesten por las profesionales STEM porque aquí tenemos muchas oportunidades. Además, es un mundo divertido, emocionante y retador… sobretodo retador.